lunes, 22 de agosto de 2011

Puerto final.



El capitán miró a Fermina Daza y vio en sus pestañas los primeros destellos de una escarcha invernal. Luego miró a Florentino Ariza, su dominio invencible, su amor impávido, y lo asustó la sospecha tardía de que es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites.



¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir del carajo? -le preguntó.


Florentino Ariza tenía la respuesta preparada desde hacía cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches.

Toda la vida - dijo.



                                                      



Gabriel García Marquez.
El Amor en los Tiempos del Cólera.




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