sábado, 7 de enero de 2012

Todavía...^^

Otra vez de nuevo me veo ante la misma sensación, ante el mismo revoloteo en el estómago que no me deja dormir. Nervios, nervios y más nervios. Sin embargo, esta vez no comprendo las posibles razones que me empujan a ellos. Es como un dejávu, como si este momento ya lo hubiera vivido. Sé con exactitud el siguiente estado en esta escala que está tan revuelta como yo.


A tan solo una semana de volver a perseguir mi sueño, vuelvo a tener ese pellizquito dentro de mí. Ese revoloteo que me recuerda que el tiempo pasa y sigo sin cumplir mi lista de obligaciones. Intacta. Ni una hecha. Supongo que será una sensación propia de Enero, algo intrínseco que ha de avecinarse todos los años tras el roscón de Reyes. Ya llevaba cuatro años haciéndome a este "sin estar" pero por lo visto... aún no he aprendido la lección. 



Ante todo, estas Navidades han sido... un tanto peculiares. Han sido unas navidades completamente corrientes, sin nada más allá, más especial que esta insufrible crisis... Todo se ha desarrollado como de costumbre: mucha lectura, inagotables ganas de bailes, noches en vela y mañanas acurrucado, libros sin terminar, otros por empezar, tareas por realizar y trabajos sin pensar. Todo lo innecesario hecho con mucho gusto, y todo lo necesario, gustosamente abandonado. Creo que algún día se cambiará <<La cuesta de Enero" por <<Las prisas de Enero>>. Que mes más feo... siempre lleno de estrés, lo mires por donde lo mires. 



También he notado que, aunque mis amigos sean más o menos los mismos, soy yo el que ha cambiado. Sigo con ellos, los sigo adorando y riñendo a la par con ellos si es necesario. Sin embargo, es mi manera de entender la amistad la que ha variado, no dicha amistad. Son mis puntos de vistas los que se han visto afectado, y eso, en definitiva, no es más que un reflejo de mi cambio. Quizás esté exagerando y siga siendo el mismo que salió por la puerta de la Hernán Cortés aquel 10 de Septiembre; o es probable que sea un tanto diferente, aunque siempre siendo yo.



Y es por eso que estas Navidades se han hecho tan especiales. Porque aunque no haya hecho nada extraordinario en ellas, siempre he hecho lo que me apetecía. Disfrutando de la mayoría de los instantes que sin duda volvería a repetir. Echaré en falta esas noche en vela, acurrucado en el sofá, calentito con mi estufa y atolondrado por un Amanecer :) He vivido las mismas Navidades, pero desde otra perspectiva... con otros ojos.



No es nada más que eso, el miedo de nuevo, y esta vez no a lo desconocido. Miedo a añorar más de lo debido. Sin embargo, esta vez tengo la certeza de estar acertando, de no arriesgar mucho sin resultados garantizados.... ¿o no?



Mañana día de rebajas. Con una semana por delante para tachar de mi lista de "Cosillas pendientes" todo lo necesario para irme con una sonrisa de oreja a oreja. Os echaré de menos, de nuevo.