jueves, 8 de marzo de 2012

¡ A una mujer DE BANDERA!

Desde lejos mando muchos besos a la MUJER mas importante de mi vida... 


Ella me conoce... 
Ella me entiende sin necesidad de hablar...
Ella me consuela con solo abrazarme...
Ella me mira y veo mis ojos reflejados... la miro y veo el cielo.

Ella me habla con la amable sinceridad que la caracteriza...
Ella me sonríe y para mi sale el sol hasta en los días de más lluvia.
Ella me aconseja y todas mis inseguridades se disipan.
Ella me tranquiliza con solo escucharme.
Ella me da la vida con solo existir. 


Ya no quedan mujeres como ella...

Se levanta temprano, se acuesta tarde y siempre tiene una sonrisa que dedicarte.

En sus manos podemos ver todo el trabajo que hace desde que era una "pequeña mujercita", pero si te toca te dará el calor mas sincero.

Sus ojos reflejan la experiencia del pasado y el dolor de la pérdida, pero nunca dejan de brillar.

Ella es una mujer de bandera... de las que están hermosas con solo sonreír, que parece que desfila cuando se encamina al trabajo. Una mujer a la que las joyas no le pegan y el maquillaje no le sienta bien,... porque su corazón es el tesoro más preciado y su piel el encaje perfecto hecho de seda.

Cuando ella habla, habla la voz de la razón, la conciencia y sabiduría que solo los años de experiencia dan. Sin embargo... si pones atención, si escuchas atentamente, es la voz de la niña más dulce del planeta, a la que un día de Reyes transporta a su infancia.

Ella es la mejor profesora que existe en el mundo. No hay una tesorera como ella. Nadie la supera en Arquitectura, y aún menos, en Medicina. ¿Sabes por qué? Porque nadie me ha dado lecciones como la suya, nadie me ha enseñado a valorar lo que tengo como ella. Nadie me preparado para la escuela de la vida mejor que ella. También porque nadie administra el cariño como ella... siempre en grandes cantidades. Ella se las arregla para que su cuenta del cariño esté en superávit. A demás, ella ha construido el ser que soy hoy actualmente. Día a día, con una dedicación insuperable y al máximo detalle, ha ido poniendo, uno a uno, todos mis ladrillitos. Todo mi ser. Y por último, nadie me cuida como ella: de vez en cuando y sin agobiar, pero con el tercer ojo puesto en mi.




Feliz día de la mujer.
Te quiero, Mamá.