domingo, 13 de febrero de 2011

Hoy toca doble entrada...

     Y es que mataste mis pocas ganas, aniquilaste mi pequeña ilusión y arrasaste con mi ... ¡bah! Ya no sé con que más me he hundido. Sí, soy como ese Robinson Crusoe pero sin mi Friday. Naufragué, intenté aferrarme a las pequeñas tablas astilladas que quedaban a flote pero nada, no hubo remedio ni flotador para mi empapado corazón. Y llegó otra ola, cargada de infortunio y ¡zás! me volvió a azotar - mientras que yo solo deseaba llegar a la orilla, pues prefiero mil veces la soledad a esta tempestad, que ni me ahoga ni apacigua mi ser. Simplemente hace que me mueva con las mareas y entre subidas y bajadas, de vez en cuando, me da un susto.

     Y caminaré por la isla, huyendo de los caníbales, en busca de mi rosado y temeroso "Friday" (herido por Cupido) al que enseñaré a respetar a su señor Robinson Crusoe, a obedecer cuando se le diga y sobre todo, a no dejarse arrastrar hacia el puro canibalismo, devorando hasta lo más íntimo. Te tenderé la mano, para hacerlo por las buenas, pero si no... me decantaré por la opción 'B' -y ya sabemos que las segundas op(ortunidades)ciones nunca fueron buenas-. Seguiremos riñendo hasta que nos entendamos, pero ya te digo... que estoy decidido. Esta batalla será mía... y si no... (como te conozco bien y sé que eres tozudo a más no poder...) ya lo arreglaremos en tierras lejanas, con aires renovados, entre nevadas de inviernos y alcohol para las heridas.

... Para ti el barco, el tesoro, la tripulación, los planes de comercio con otras tierras...
..Para ti el mando "mi Capitán"; pues si este barco no se hubiera hundido, yo me arrojo por la borda...

Os dejo con unos versos de Gloria Fuertes... ¡hasta la vista!

Isla ignorada

Soy como esa isla que ignorada,

late acunada por árboles jugosos,
-en el centro de un mar
que no me entiende,
rodeada de NADA,
sola sólo-.
Hay aves en mi isla relucientes,
y pintadas por ángeles pintores,
hay fieras que me miran dulcemente,
y venenosas flores.
Hay arroyos poetas
y voces interiores
de volcanes dormidos.

Quizá haya algún tesoro
muy dentro de mi entraña.
¡Quién sabe si yo tengo
diamante en mi montaña,
o tan sólo un pequeño pedazo de carbón!
Los árboles del bosque de mi isla,
sois vosotros mis versos.
¡Qué bien sonáis a veces
si el gran músico viento
os toca cuando viene del mar que me rodea!


2 comentarios: