"... Con todo, antes de mucho tiempo, la cálida y gorjeante persuasión del buen tiempo a que llegábamos parecía poco a poco arrancarle con sus encantos de sus humores. Pues igual que cuando esas danzarinas muchachas de mejillas rojas, abril y mayo, regresan a los bosques invernales y misantrópicos, incluso el viejo roble más desnudo, más áspero y más herido por el rayo, echa por fin unos pocos brotes verdes para dar la bienvenida a visitantes de corazón tan alegre. Así, Ahab, por fin, respondió un poco a las juguetonas incitaciones de la brisa doncellil. Más de una vez lanzó el débil gemen de una mirada que, en cualquier otro hombre, pronto habría florecido en una sonrisa."
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