martes, 12 de julio de 2011

La Destrucción

El tiempo avanza y el Universo camina inexorable hacia el cumplimiento de la profecía.

El Demonio se agita a mi lado incesante, flota a mi alrededor como el aire, impalpable. Así me conduce lejos de la mirada divina, jadeante y destrozado de fatiga, al centro de las llanuras del hastío, profundas y desiertas.

Lo respiro, siento como quema mi pecho y lo llena de un deseo eterno y culpable, y lanza a mis ojos, llenos de confusión, sucias vestiduras heridas abiertas y el aderezo sangriento de la Destrucción.


Las Flores del Mal.
Charles Baudelaire.

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